Las calles de Genalguacil, son un laberinto de piedra y color, donde el tiempo parece detenerse y se respira un aire de paz y amor. Las casas blancas y bajas, con ventanas y balcones de hierro, se asoman tímidamente al suelo empedrado de las calles. Los geranios y las buganvillas trepan por las paredes y fachadas, y las macetas en las ventanas le dan un toque de vida y alegría. En la plaza y rincones, los vecinos charlan y se saludan, y los niños juegan felices, corriendo por las calles sin prisa alguna. Cada calle tiene su historia, su leyenda y su tradición, y al caminar por sus veredas es como entrar en un cuento de ilusión. Así son las calles de Genalguacil, un regalo para los sentidos, que nos invitan a disfrutar de su encanto y belleza sin fin. |
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